viernes, 21 de noviembre de 2008

El séptimo día



Dios creó el mundo en menos de una semana y aún le sobró tiempo para descansar.

Sin embargo, con las prisas, no se dio cuenta de que sobre la faz de la Tierra dejó a seres imperfectos, los cuales, a pesar de sus pequeñas taras, se necesitan unos a otros.

Y el que piense lo contrario se ahogará en su propia autarquía.
Vivimos en sociedad y convivimos con los demás, sean perfectos o imperfectos.

Menos mal que se quiere a las personas no por sus virtudes, sino a pesar de sus defectos.

1 comentario:

Tíscar dijo...

Me ha gustado mucho el título de este blog. Mucho ánimo para continuar y seguir mostrándonos la perfección en la imperfección. Saludos.